¿Cómo manejo una pérdida?

Las pérdidas dejan un vacío en el interior porque nadie está listo para perder a un familiar, amigo o compañero. Ciertamente, vivir una pérdida sin encontrar un bálsamo de paz, es sufrirla a diario. Por eso, es necesario entender lo que envuelve la pérdida.

Una pérdida es el sentir que te arrebatan algo o alguien sin tú darle el permiso, y eso duele. Es por esta razón, que todos debemos comprender que el perder a alguien; ya sea por muerte, divorcio o salida de su vida, es un asunto que se debe atender. El sentirse preparado para perder a un ser que se ama, es humanamente incongruente, sin embargo cuando lo vemos desde la escritura, podemos encontrarle sentido:

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él (Tesalonicenses 4:13-14).

En esa porción vemos la esperanza que existe en Jesús y podemos descansar en esa promesa. No obstante, qué hacemos con el dolor de una pérdida? Aceptarlo, validarlo y manejarlo para que no nos haga vivir en sufrimiento perpetuo.

El dolor más grande Dios es capaz de consolarlo.

La muerte y las pérdidas son inevitables pero vivir intencionalmente nos dirige a valorar el aquí y el ahora, aprovechar los momentos juntos y hasta entender cuando ya los seres que más amamos no están. No esperemos a que no estén las personas para atesorarlas, hoy que están, demostrémosles cuán importantes son para nosotros:

Abraza hoy
Dile te amo hoy
Llama hoy
Perdona hoy
Disfruta del tiempo juntos hoy

El dolor de perder a alguien va a ser natural pero si sientes que es demasiado fuerte para manejarlo, identifica tus redes de apoyo para que lo puedan trabajar.

Veamos las pérdidas como algo que va a ocurrir y toma tiempo para pensar en ellas y cómo las enfrentarías. Más que todo hoy te invito a pensar en que siempre habrá un consuelo superior al humano; el consuelo de Dios, su abrazo y su paz.